La explotación sexual infantil es una forma moderna de esclavitud. La Declaración del Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños, (Estocolmo 1996), afirma que la prostitución infantil es todo tipo de abuso sexual que vaya acompañado de una remuneración al niño, o a un tercero o terceros, en efectivo o en especie.
La pobreza es a menudo la primera respuesta a esta pregunta. Puede ser el catalizador principal, pero no puede atribuírsele en su totalidad la explotación sexual comercial de la niñez. Muchos niños y niñas de familias pobres no entran en el comercio sexual, mientras otros niños y niñas cuyas familias no están empobrecidas sí lo hacen. La explotación sexual de la niñez tiene lugar tanto en los países ‘en desarrollo’ como en los ‘desarrollados’. No existen estudios recientes que estimen la cantidad de niños niñas y adolescentes explotados sexual y comercialmente en el mundo.
La explotación sexual comercial “constituye una forma de coacción y violencia contra los niños/as y se considera como una forma contemporánea de esclavitud”, explica Unicef.
Unicef señala que la situación se caracteriza por la existencia de:
- Tolerancia hacia la explotación sexual tanto por parte de la población nacional como extranjera.
- Personas adultas que compran sexo de niños, niñas y adolescentes, en los parques, calles, playas, burdeles, clubes nocturnos, bares.
- Intermediarios, negocios y redes organizadas de explotadores ganan dinero con esta actividad.
Producción de pornografía infantil. - Personas menores de edad traficadas con fines sexuales y comerciales.
- Aumento del uso del internet para la divulgación de pornografía infantil y la promoción del turismo sexual.
- Impunidad de explotadores/as sexuales nacionales y extranjeros/as.
Las medidas han de hablar de reconocimiento y sensibilización sobre esta problemática, y de fortalecimiento de las iniciativas de prevención, rehabilitación y reinserción de las víctimas de explotación sexual comercial, así como de fortalecer el control judicial y policial, es decir, las respuestas que se dan desde las instituciones llamadas a investigar los delitos y a perseguir a los perpetradores.
No hablemos más de prostitución, esto es explotación sexual infantil, no se nos olvide.
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