Nace Concepción Arenal

Cuando:
31/01/2020 todo el día
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Nace en Ferrol el 31 de enero de 1820, fallece en Vigo el 4 de febrero de 1893. Fue funcionaria de prisiones licenciada en Derecho, periodista y escritora española encuadrada en el Realismo literario y pionera en el feminismo español.​ A lo largo de su vida y obra denunció la situación de las cárceles de hombres y mujeres, la miseria en las casas de salud o la mendicidad y la condición de la mujer en el siglo XIX, en la línea de las sufragistas femeninas decimonónicas, y las precursoras del feminismo. Una de sus frases más famosas es sin duda

Abrid escuelas y se cerrarán cárceles

Quizás esto se deba a que Concepción Arenal tenía nueve años cuando su padre muere prisión. Cumplía condena por sus ideas liberales. Ángel del Arenal, miembro de una ilustre familia de Santander, fue un militar sobrevenido en la guerra contra los franceses. Como muchos de sus compañeros se opuso al absolutismo de Fernando VII y lo combatió con las armas. Fue derrotado. Sufrió la venganza del rey. Murió enfermo, solo, olvidado. Su familia abandonó Ferrol, donde Concepción había nacido en 1820, y se trasladó a Cantabria. María Concepción de Ponte era una viuda reciente, estricta, perteneciente a una influyente familia gallega. Se instaló con sus tres hijas en Armaño. Una aldea pequeña, en el valle de Liébana. Tierra de adolescencia para Concepción Arenal, que no olvidará a su padre.

Estudia Derecho en Madrid,  aunque para hacerlo tiene que acudir disfrazada de hombre a las clases. Estamos eb 184, las leyes no le permiten asistir a la universidad. Descubierta, Concepción Arenal logra llegar a una cuerdo. Tendrá que hacer un examen para demostrar sus conocimientos y después, el claustro decidirá.

Los resultados del examen fueron tan diáfanos que el rector se vio obligado a aceptar a Concepción Arenal en el centro. Pero Arenal tuvo que aprender en los términos de una comunidad educativa que negaba la enseñanza a las mujeres. Nunca pudo matricularse. Asistió como oyente. No realizó más exámenes. No recibió ningún título. Tampoco pudo interactuar con el resto de alumnos. No tuvo que volver a disfrazarse de hombre. Cada mañana un bedel la recogía en la puerta del centro y la conducía hasta una habitación dispuesta al efecto. Allí esperaba el comienzo de la clase. El profesor la recogía, la conducía al aula, la sentaba en una zona apartada y, al concluir, la devolvía a la habitación, donde Arenal esperaba al siguiente profesor y a la siguiente clase. Su estancia en universidad duró cuatro años, hasta 1845.

En 1860 publicó el ensayo La beneficencia, la filantropía y la caridad, que obtuvo el premio de la Academia de Ciencias Morales y Políticas. Para poder publicarlo ocultó su identidad, lo hizo con el nombre de su hijo de diez años, Fernando. Cuando la Academia descubrió el engaño dejó el premio en suspenso. No existían precedentes de premiar a una mujer. Finalmente, a la vista de los méritos de la obra, los académicos no tuvieron opciones y Concepción Arenal recibió el premio.

De hito en hito, abriendo caminos para las que veníamos detrás, en 1863 Concepción Arenal se convirtió en la primera mujer visitadora de cárceles femeninas. Hasta entonces, puesto ocupado por hombres. Conservó este trabajo hasta 1865, cuando que fue cesada por publicar un ensayo titulado Cartas a los delincuentes,en el que defendía una reforma del Código Penal.

Focaliza su interés por la educación, en la educación de la mujer. Dicta las Conferencias Dominicales para la Mujer en el paraninfo de la Universidad Central de Madrid. Participa en la creación de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer y la Escuela de Institutrices. En 1869 publica La mujer del porvenir, un ensayo escrito en 1861. Es un libro feminista, que defiende el libre acceso de la mujer a la educación y tira por tierra las teorías que promueven la superioridad del hombre en función de criterios biológicos. Llegarán otras obras como Estado actual de la mujer en España o La mujer trabajadora, donde critica la disparidad de sueldos de las trabajadoras de la industria con respecto a sus homólogos masculinos. En La Educación de la Mujer escribe:

Es un error grave y de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre … Lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad, independientemente de su estado, y persuadirse de que, soltera, casada o viuda, tiene derechos que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depende de nadie.