¿Por qué llamamos a la huelga general
feminista del próximo 8 de marzo?
1. Las mujeres vivimos una situación de opresión
específica. Por un lado, nos incorporamos
de forma desigual al mercado laboral con peoressalarios
(la brecha salarial supera el 20%),
trabajos a jornada parcial (más de un 70% de
los empleos parciales son ocupados por mujeres),
despidos por embarazo, techo de cristal y,
en algunos casos, acoso sexual en los puestos
de trabajo, entre otras situaciones. Por otro
lado, seguimos ocupándonos muy mayoritariamente
de los trabajos reproductivos en la
invisibilidad del hogar, lo que nos obliga a
soportar una doble jornada laboral. Nos ocupamos
de los/as hijos/as, de nuestros/as mayores
y de las personas dependientes; nos
ocupamos del sostenimiento de la familia, de la
reproducción y del cuidado de los/as trabajadores/as
presentes y futuros/as.
Ambas cuestiones se conjugan produciendo
consecuencias en distintos planos. Por un lado
tenemos menos autonomía económica, lo que
profundiza la situación de violencia machista
sufrida por muchas mujeres, que en muchos
casos las lleva a la muerte. Por otro, cotizamos
menos por lo que tenemos pensiones más
bajas y sentimos aún más la precariedad que
sufrimos a día de hoy la mayor parte de la
clase trabajadora.
Además, debido a que el trabajo de cuidados
es invisible y no valorado, que la educación
actual es machista y a otras cuestiones, se
siguen reproduciendo los roles de género
(mujer = cuidadora = trabajo de segunda = rol
subordinado al rol masculino), seguimos relegadas
a una segunda posición y sentimos el
machismo diariamente en las relaciones con
nuestras parejas, amistades…
2. Hemos visto como las instituciones no han
dado respuesta a esta situación: ni el gobierno
del PP ni el del PSOE la tienen en su agenda.
Además, la opresión sobre las mujeres no se
puede solventar sin socializar las tareas de
cuidados (escuelas infantiles públicas de 0-3
años, comedores, lavanderías…), ni tampoco sin
elevar las condiciones generales del conjunto
de los/as trabajadores/as. Por ello, ningún
gobierno que obedezca los mandatos del FMI,
el BCE y la UE, y que acepte pagar la deuda
que desmantela los servicios públicos y el
empleo, va a conseguir la igualdad de las mujeres.
Por lo tanto, sabemos que el único camino real
está en la organización y la lucha. El 8 de marzonos
proponemos utilizar la herramienta más
potente que tenemos los y las trabajadoras: la
huelga general. Pero una huelga general que no
solo represente a los trabajadores, sino que
incluya las reivindicaciones de las mujeres
como eje vertebral de la huelga. Y después de
la huelga, hay que seguir luchando: debemos
con truir un movimiento sostenido en el tiempo
y organizado lo suficiente para lograr imponer
nuestras reivindicaciones.
¿Qué reivindicamos?
1. El fin de la brecha salarial, de la brecha en las
pensiones y de la mayor precariedad, elevando
las condiciones de todos los sectores (más y
menos feminizados) y, así, del conjunto de los y
las trabajadoras. Permisos intransferibles de
maternidad y paternidad, fórmulas reales de
conciliación de la doble jornada laboral sin
pérdida de salario…
2. Servicios públicos de calidad que garanticen
las tareas de cuidados: reversión de los recortes,
aumento de financiación en educación,
sanidad, servicios sociales, etc., y creación de
nuevos servicios públicos (comedores, escuelas
infantiles de 0-3 años…).
3. Educación afectivo-sexual en las escuelas,
institutos, universidades; no a la religión en
las aulas y a los conciertos con la iglesia católica;
abajo la LOMCE y las leyes educativas
segregadoras.
4. Aborto libre, gratuito y garantizado para
todas las mujeres en la sanidad pública;
profesionales no objetores de conciencia
suficientes; no al permiso paterno/materno
para las menores de 18; fin de la concertación
con clínicas privadas. Fin del dominio
sobre el cuerpo de las mujeres y sobre la
capacidad de decidir acerca de nuestra
propia maternidad.
5. Fin de la violencia contra las mujeres: ni
una menos. No somos subordinadas de unos
u otros hombres y nuestros cuerpos no se
compran ni se alquilan. Alternativa laboral
real para las mujeres que ejercen la prostitución;
prohibición de los vientres de alquiler;
basta de la utilización del cuerpo de la mujer
como mercancía.
6. Fin de la discriminación a las personas por
su condición y/o identidad sexual.
¿Por qué pensamos que la huelga
debe ser general y no solo de mujeres?
1. Porque queremos conseguir nuestras
reivindicaciones y eso a día de hoy supone un
enfrentamiento con la patronal y el gobierno,
ambos responsables de la situación de las
mujeres. Somos conscientes de que libraremos
mejor esa batalla si todos y todas
vamos a la huelga y paralizamos el país, que
si vamos solas y los hombres se quedan
haciendo nuestro trabajo, es decir, haciendo
una función que hace que la huelga no se
note: se convierten inconscientemente en
esquiroles.
¿Por qué llamamos a la huelga general
feminista del próximo 8 de marzo?
1. Las mujeres vivimos una situación de opresión
específica. Por un lado, nos incorporamos
de forma desigual al mercado laboral con peoressalarios
(la brecha salarial supera el 20%),
trabajos a jornada parcial (más de un 70% de
los empleos parciales son ocupados por mujeres),
despidos por embarazo, techo de cristal y,
en algunos casos, acoso sexual en los puestos
de trabajo, entre otras situaciones. Por otro
lado, seguimos ocupándonos muy mayoritariamente
de los trabajos reproductivos en la
invisibilidad del hogar, lo que nos obliga a
soportar una doble jornada laboral. Nos ocupamos
de los/as hijos/as, de nuestros/as mayores
y de las personas dependientes; nos
ocupamos del sostenimiento de la familia, de la
reproducción y del cuidado de los/as trabajadores/as
presentes y futuros/as.
Ambas cuestiones se conjugan produciendo
consecuencias en distintos planos. Por un lado
tenemos menos autonomía económica, lo que
profundiza la situación de violencia machista
sufrida por muchas mujeres, que en muchos
casos las lleva a la muerte. Por otro, cotizamos
menos por lo que tenemos pensiones más
bajas y sentimos aún más la precariedad que
sufrimos a día de hoy la mayor parte de la
clase trabajadora.
Además, debido a que el trabajo de cuidados
es invisible y no valorado, que la educación
actual es machista y a otras cuestiones, se
siguen reproduciendo los roles de género
(mujer = cuidadora = trabajo de segunda = rol
subordinado al rol masculino), seguimos relegadas
a una segunda posición y sentimos el
machismo diariamente en las relaciones con
nuestras parejas, amistades…
2. Hemos visto como las instituciones no han
dado respuesta a esta situación: ni el gobierno
del PP ni el del PSOE la tienen en su agenda.
Además, la opresión sobre las mujeres no se
puede solventar sin socializar las tareas de
cuidados (escuelas infantiles públicas de 0-3
años, comedores, lavanderías…), ni tampoco sin
elevar las condiciones generales del conjunto
de los/as trabajadores/as. Por ello, ningún
gobierno que obedezca los mandatos del FMI,
el BCE y la UE, y que acepte pagar la deuda
que desmantela los servicios públicos y el
empleo, va a conseguir la igualdad de las mujeres.
Por lo tanto, sabemos que el único camino real
está en la organización y la lucha. El 8 de marzonos
proponemos utilizar la herramienta más
potente que tenemos los y las trabajadoras: la
huelga general. Pero una huelga general que no
solo represente a los trabajadores, sino que
incluya las reivindicaciones de las mujeres
como eje vertebral de la huelga. Y después de
la huelga, hay que seguir luchando: debemos
con truir un movimiento sostenido en el tiempo
y organizado lo suficiente para lograr imponer
nuestras reivindicaciones.
¿Qué reivindicamos?
1. El fin de la brecha salarial, de la brecha en las
pensiones y de la mayor precariedad, elevando
las condiciones de todos los sectores (más y
menos feminizados) y, así, del conjunto de los y
las trabajadoras. Permisos intransferibles de
maternidad y paternidad, fórmulas reales de
conciliación de la doble jornada laboral sin
pérdida de salario…
2. Servicios públicos de calidad que garanticen
las tareas de cuidados: reversión de los recortes,
aumento de financiación en educación,
sanidad, servicios sociales, etc., y creación de
nuevos servicios públicos (comedores, escuelas
infantiles de 0-3 años…).
3. Educación afectivo-sexual en las escuelas,
institutos, universidades; no a la religión en
las aulas y a los conciertos con la iglesia católica;
abajo la LOMCE y las leyes educativas
segregadoras.
4. Aborto libre, gratuito y garantizado para
todas las mujeres en la sanidad pública;
profesionales no objetores de conciencia
suficientes; no al permiso paterno/materno
para las menores de 18; fin de la concertación
con clínicas privadas. Fin del dominio
sobre el cuerpo de las mujeres y sobre la
capacidad de decidir acerca de nuestra
propia maternidad.
5. Fin de la violencia contra las mujeres: ni
una menos. No somos subordinadas de unos
u otros hombres y nuestros cuerpos no se
compran ni se alquilan. Alternativa laboral
real para las mujeres que ejercen la prostitución;
prohibición de los vientres de alquiler;
basta de la utilización del cuerpo de la mujer
como mercancía.
6. Fin de la discriminación a las personas por
su condición y/o identidad sexual.
¿Por qué pensamos que la huelga
debe ser general y no solo de mujeres?
1. Porque queremos conseguir nuestras
reivindicaciones y eso a día de hoy supone un
enfrentamiento con la patronal y el gobierno,
ambos responsables de la situación de las
mujeres. Somos conscientes de que libraremos
mejor esa batalla si todos y todas
vamos a la huelga y paralizamos el país, que
si vamos solas y los hombres se quedan
haciendo nuestro trabajo, es decir, haciendo
una función que hace que la huelga no se
note: se convierten inconscientemente en
esquiroles.