Testimonio

cartel-feria-2013
Ayer visité una notaría de Fuengirola por motivos de trabajo. Era una oficina moderna, toda acristalada, decorada con tonos claros y muy luminosa.

Desde que me senté frente a la oficial, no dejó de llamar mi atención un cuadro que colgaba tras su mesa. Era un cartel enmarcado de la feria del pueblo del año 2013 y que contenía una especie de dedicatoria manuscrita con su correspondiente firma. Desde donde estaba podía leer el texto, pero como no estaba completamente segura de apreciar bien todas las letras, aproveché que ella se levantó para acercarme y corroborar lo que había visto.

El texto decía así:

«Doy Fe que las niñas que trabajan en esta notaría son las más guapas de la feria»

Y debajo estaba la rúbrica del notario (no sabría decir si era la firma del titular de la notaría, pero desde luego era notario, al menos ad hoc).

No las más listas, ni las más trabajadoras, no excelentes, emprendedoras, responsables, serias o educadas, no: guapas. Y niñas. Tampoco mujeres, señoras, oficialas, no: niñas.

¿Podemos imaginar un cuadro así dedicado a los trabajadores de cualquier empresa?

No pude evitar hacer un comentario sarcástico («Supongo que no habrá niñas trabajando aquí. Eso sería explotación infantil») pero creo que ella no me entendió. Probablemente pasa largas horas con ese cuadro ahí y ya no se plantee que, aunque ese señor pretendiera piropearlas (no elogiarlas), las ofendió, siendo trabajadoras adultas, las infantilizó y mencionó únicamente la belleza como rasgo a destacar.

Con lo que ha costado y cuesta todavía a las mujeres que nos valoren por lo que somos y no por lo que parecemos… Triste que ese hombre (¿niño?) lo escribiera y más triste aún que se enmarcara y muchas mujeres tengan que verlo a diario.

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