#8M Día de la mujer trabajadora, de la mujer obrera

No podemos, no debemos, no queremos olvidarlo

El año pasado ya tuvimos un 8M extraño debido a la pandemia, pero la verdad es que en este 2022 parece que no nos enfrentamos a un panorama mejor.

Desde FELMA lo afrontamos con poca o ninguna ilusión, conscientes como somos, de la desvirtualización y utilización que de un día como éste se está haciendo por parte de aquellos a quienes la gran movilización y participación en la huelga general feminista que se dio en 2017, les hizo sentir que era posible, que las mujeres unidas podíamos tumbarles de sus poltronas de privilegios. Y dado que este sistema patriarcal y capitalista no se podría sustentar sin nuestros empleos peor pagados y altamente precarizados y sin los trabajos de cuidados, que mayormente seguimos haciendo nosotras de manera gratuita, pues había que pararnos. Había que combatirnos, nada nuevo por cierto. El movimiento feminista lleva desde el origen soportando la oposición y los ataques salvajes de quienes ostentan el poder.

A veces se nos ataca desde fuera, pero ahí nos crecemos, nos reagrupamos, nos protegemos, contraatacamos. Lo peor viene cuando intentan dividirnos desde dentro, entonces la cosa se complica.

Cómo explicar de una vez por todas que las mujeres no somos un colectivo, que somos mas de la mitad de la población mundial y que por tanto somos diversas en nuestros conceptos, en nuestras formas y maneras y en nuestras luchas contra el patriarcado. De igual modo sufrimos las opresiones de maneras y con intensidades distintas, pero no por eso podemos perder de vista que el enemigo es el mismo. El enemigo es un sistema opresor y violento que sustenta sus ganancias, sobre nuestras vidas, sobre nuestros cuerpos, eso es algo que no deberíamos dejar que nos hicieran olvidar, ganarían ellos una vez mas.

Por todo ello, queremos recordar y recalcar que hoy no es el día de la mujer a secas, hoy no debería ser tan sólo un día de fiestas y folclore. Desde FELMA siempre hemos pensado que si lo permitimos acabará convertido en algo así como un día de alegoría romántica a la mujer, vaciado de contenido y banalizado, ya ha ocurrido muchas veces.

Hoy, 8 de marzo, es el día de la MUJER TRABAJADORA, de la mujer de clase obrera, no podemos, no debemos, no queremos olvidarlo.

Por lo tanto, hoy debería ser un día de reivindicaciones, de exigencias a los distintos estamentos que nos gobiernan y nos rigen. Hoy debería ser un día para exigir a todos y cada uno de los sindicatos del mundo que se dicen de clase, convocatorias, difusión y apoyo efectivo a la huelga general feminista. Tristemente incluso para estos sindicatos parece que, por mucho que se apunten a planes de igualdad y leyes que se hacen sin nuestra participación y que estoy segura la mayoría de ellos ni tan siquiera comprenden realmente, nuestras opresiones en la práctica siguen pesando menos que otras y se siguen considerando “esos asuntos de las mujeres”.

En cambio a nosotras las feministas sí que se nos exige no sólo participar de cualquier lucha contra todas y cada una de las opresiones y desigualdades que se dan en nuestra sociedad, si no a veces incluso que nos convirtamos en abanderadas de todas ellas, y sobre todo sin que se nos ocurra poner ningún pero, ninguna objeción, ninguna crítica, a riesgo de recibir envites a diestra y siniestra, insultos y descalificaciones.

Parece ser que, incluso en política, debemos reproducir el papel que socialmente se nos ha impuesto de cuidadoras a las que nadie cuida.

Prueba de ello es la penúltima ocurrencia del Gobierno pidiéndonos que este 8M se reconvierta en una manifestación contra la guerra, como si las guerras no fuesen un asunto lo suficientemente importante y preocupante como para merecer sus propias manifestaciones y repulsas y como si no fuese obvio que las mujeres íbamos a gritar espontáneamente contra tanta barbarie, como siempre hacemos,  sin necesidad de ser dirigidas, reconducidas.

¿Acaso olvidan que las manifestaciones van de exigencias a los gobiernos y de protestas contra sus políticas o ausencia de ellas? O es que una vez más consideran que nuestros problemas, esos de las mujeres, no tienen la suficiente enjundia como para merecer poner el foco mediático en ellos aunque sólo sea por un día al año. ¿Acaso ha cambiado en algo la vida para las mujeres desde ese 2017 como para que ya no sea necesario salir a las calles, parar el mundo? ¿Acaso este sistema no nos sigue precarizando, discriminando, humillando, violando, asesinando cada día???

Pero lo que nos parece aún más surrealista es que es el mismo Gobierno que lleva semanas mandando fragatas de guerra y armamento a la zona del conflicto contra el que nos piden que protestemos. ¿Qué sentido tiene? ¿Acaso este gobierno no asume su responsabilidad?¿Acaso se nos pide a las feministas que tomemos partido a favor de uno u otro opresor?

Nosotras ya explicamos en un comunicado anterior  nuestra postura ante las guerras imperialistas. No nos vamos a repetir, pero lo que sí queremos dejar claro es que no vamos a consentir que en nuestras protestas se nos cuelen fascistas enarbolando banderas nazis, como hemos visto en las distintas concentraciones, a priori pacifistas, que estos días se han realizado en muchas ciudades.

Así que desde FELMA gritamos que ¡ESTAMOS HARTAS!

Estamos hartas de tener que aceptarlo todo por temor a ser tildadas de mojigatas o intransigentes, acusadas incluso de ir contra los derechos individuales o peor aún, contra los derechos humanos.

Estamos hartas de que esos famosos planes de igualdad se queden sólo en papel mojado, sin que afecten real y efectivamente a nuestras condiciones laborales.

Estamos hartas de oír hablar de conciliación y de leyes que supuestamente ampliarían los derechos de las cuidadoras remuneradas o no, sin que se toque siquiera un poquito a este modelo capitalista y patriarcal que hace imposible a una mujer de clase trabajadora afrontar el coste económico y emocional que conllevan dichos cuidados y que no servirán más que para responsabilizarnos de nuevas cargas materiales y morales.

Estamos hartas de que se banalicen e infantilicen nuestras reivindicaciones.

Estamos hartas de que los gobiernos de turno nos utilicen como moneda electoral para luego volver a  ningunearnos.

Reivindicamos el derecho a participar en leyes que nos afectan de forma directa.

Reivindicamos el derecho a opinar y en su caso a oponernos, a  todas aquellas decisiones que se tomen obviándonos, que nos parezcan absurdas e injustas y que sólo sirvan, una vez más, para cosificar nuestros cuerpos y mercadear con nuestras vidas e identidades.

Reivindicamos el 8 de marzo como día mundial de la lucha de la mujer trabajadora contra todas las opresiones, abusos, desigualdades y discriminaciones a las que somos sometidas diariamente por el mero hecho de ser mujeres y de ser obreras

Exigimos que se respeten nuestros espacios y no se nos siga intentando callar, invisibilizar o utilizar, guiar y reconducir.

 Y hoy 8 de marzo de 2022 día INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA, EXIGIMOS a todos a aquellos partidos y sindicatos que se hacen llamar feministas, que apoyen sin reparos y desde hoy mismo la construcción de una HUELGA GENERAL FEMINISTA E INTERNACIONAL. 

CONTRA EL PATRIARCADO, EL CAPITALISMO Y SUS VIOLENCIAS, AHORA Y SIEMPRE ¡¡¡RESISTENCIA!!!

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