Concentración por unos empleos y salarios dignos para poder vivir

Cuando:
18/07/2020 a las 11:00 – 12:00
2020-07-18T11:00:00+02:00
2020-07-18T12:00:00+02:00
Donde:
Plaza de la luz
Plaza de la Luz
29004 Málaga
España
Contacto:
Varios colectivos

¡¡ NUESTRAS VIDAS Y NUESTROS EMPLEOS VALEN MÁS QUE SUS BENEFICIOS!!

La crisis del coronavirus no ha dejado a nadie indiferente. En menos de 3 meses estado de alarma, confinamiento, ERTES, despidos, obligación de ir a trabajar sin medidas de seguridad, miseras, miles de contagios y muertes… Pero aunque quieran hacer parecer que esta crisis “ha caído del cielo”, nada está más lejos de la realidad. La crisis del coronavirus ha tenido las consecuencias más graves en el ámbito sanitario y en el ámbito social y económico. ¿Cuáles son las causas reales de dichas consecuencias? ¿Es solo este virus la razón de la miseria, el sufrimiento y las muertes de tantas personas?

Esta crisis ha puesto de manifiesto también lo que veníamos aguantando: hemos soportado un sistema depredador que explota los recursos irreemplazables de la tierra, del campo, del mar y hasta del aire. Un sistema que solo se perpetúa y se sostiene sobre la miseria de las gentes; hemos soportado unos gobiernos que han puesto en manos privadas todo nuestro patrimonio: sus riquezas naturales, su industria, su cultura, para seguir el mandato de este capitalismo global que nos rige. Esta crisis nos ha puesto frente al espejo, nos ha sacudido y ahora nos exige actuar, confrontar, revolucionar.

Desempleo, ERTEs, empleos precarios, temporales, en economía sumergida, fuera de convenios… Así es el mundo del trabajo tras las reformas laborales. Necesitamos empleos y salarios dignos para poder vivir.

Si el mundo de la sanidad, a causa de la precariedad y la privatización, ha causado miles de muertes y el deterioro de nuestra salud a lo largo de los últimos años; el mundo del trabajo no presenta una situación mucho mejor para los y las trabajadoras. En estos últimos meses se ha hecho evidente algo que ya muchos y muchas sabíamos… en esta economía con multimillonarios, alta tecnología y múltiples lujos; la mayoría de trabajadores y trabajadoras no pueden “parar” dos meses sin poner en riesgo su supervivencia en la cuarta potencia económica de la Unión Europea.

Las diferentes reformas laborales han provocado que cada vez más el poder de negociación esté en las manos de la patronal, que el despido sea más fácil y barato, que los contratos sean cada vez más precarios y que la economía sumergida crezca a causa de la falta de control por parte de una raquítica y poco activa inspección de trabajo. En números globales, desde el 2009 hasta ahora las rentas del trabajo han pasado de ocupar el 66’6% del PIB al 61’2%, lo que supone una transferencia anual de riqueza a los capitalistas de 64.500 millones de euros (mayor que el presupuesto de educación y similar al de sanidad si no contamos el gasto en la sanidad privada). Y eso a la vez que hemos podido ver una pérdida de salarios, como en el caso de Andalucía donde se han reducido en más de 7 puntos desde ese mismo año. Del mismo modo, el paro ha aumentado hasta un 14,4% (sin contar los ERTES), cifra que en Andalucía es de un 21,2%.

El coronavirus nos confirma, desgraciadamente, que cada crisis capitalista afecta intensamente y de manera específica al pueblo trabajador andaluz. El 46% de las nuevas paradas y parados del Estado español en lo que llevamos de año son andaluzas. Seguimos sufriendo unas tasas de desempleo que hoy son más del doble que las de Madrid, País Vasco, Navarra y Aragón y la propia Consejería de Empleo reconoció a principios de junio que “llegaremos al 30% de paro” en unos meses, afectando este en mayor medida a las mujeres con una diferencia de casi 5 puntos porcentuales (ver aquí).

Esta situación es insostenible para la clase trabajadora. Como ha demostrado el confinamiento, somos nosotros y nosotras las que producimos todas las riquezas, los que si paramos hacemos que la sociedad no funcione. Debemos decidir sobre todos los aspectos relacionados con las riquezas que producimos: qué, cómo y cuando se produce, de qué manera, con qué medidas de seguridad, a quién corresponde la propiedad de los medios de producción… Todo esto no puede depender de las decisiones de una patronal que durante el confinamiento decidía sobre desde sus mansiones con piscina y con todo el personal a su servicio.
Así mismo debemos romper con la lógica de una Andalucía que ha estado históricamente supeditada a los intereses materiales de los ricos dentro y fuera de Andalucía haciendo aún más precario al pueblo trabajador andaluz y conquistar la plena soberanía para decidir sobre todos los aspectos de nuestras vidas.

Por todo ello debemos luchar por derogar todas las reformas laborales que han sido perjudiciales para los y las trabajadoras, el pensionazo, por prohibir verdaderamente los despidos, por acabar con la brecha salarial, que ya se augura que lejos de disminuir no dejará de crecer, ya que como ha sucedido en anteriores crisis, el impacto de género está siendo ignorado en la respuesta, con la explotación inhumana de los y las jornaleras en el campo, por repartir el trabajo sin reducir los salarios, por la socialización de los cuidados, por acabar con el régimen de falsos autónomos que tanto hace sufrir a sectores como el del reparto y por crear las condiciones para una economía que no sea dependiente de los designios de unos pocos, algo que podemos ver con crudeza en la Andalucía basada en el turismo y el plástico. Además la desindustrialización de Andalucía alimenta la precariedad laboral y el subempleo. En las dos últimas décadas el aporte de la ya de por sí débil industria andaluza al PIB -comparándolo con el aporte en el Estado español- ha pasado de ser 2,8 veces menor al aporte en el año 2000 a 2,91 en 2020. Necesitamos un plan de reindustrialización sostenible, integrada en el tejido productivo andaluz.

Si no nos movilizamos, ninguna institución lo hará por nosotras y nosotros… hagamos que esta crisis no la paguen los y las trabajadoras.

Estas últimas semanas también han demostrado que solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas. Este gobierno de coalición no está dispuesto a asumir una política que se enfrente a los intereses de los más ricos como ha demostrado la organización de la desescalada y los miles de millones de euros que se han puesto a disposición de las empresas para nuevamente, que la deuda privada se convierta en pública mientras que las familias y los y las trabajadoras vuelven a tener que endeudarse para comer, pagar el alquiler o trabajan obligados sin medidas de seguridad básicas… al mismo nivel están las direcciones sindicales de CCOO y UGT, las cuáles alaban la paz social “las cuáles alaban la paz social y se conforman con protestar en los medios de comunicación porque no se les llama a participar en una supuesta derogación de la Reforma Laboral, que aún está por ver.”

Ya hemos visto ejemplos de cómo trabajadores y trabajadoras de Nissan, de Airbus, de Mercedes Benz, del campo o riders se han movilizado durante este difícil periodo. Hay que recuperar las calles para arrancar estas reivindicaciones gobierne quien gobierne, ello será el mejor antídoto para evitar que sea la extrema derecha quien canalice el descontento social y ejerza de única oposición al gobierno.

Hay que volver a gritar alto y claro que sí hay dinero. Lo tienen los banqueros que deben 65.000 millones de euros del rescate bancario, lo tiene la patronal del IBEX – 35 que solo en el año 2019 ganaron más de 35.000 millones de euros.

Acabemos con estos privilegios para proteger nuestra sanidad y nuestro empleo.
Acabemos con la desigualdad para construir una sociedad donde la vida y el empleo de la mayoría esté por encima de los intereses particulares de los que más tienen.

¡¡ NUESTRAS VIDAS Y NUESTROS EMPLEOS VALEN MÁS QUE SUS BENEFICIOS!!